lunes, 23 de mayo de 2011

El reino de los Zulú de África del sur de Max Gluckman en Sistemas Políticos Africanos. Traducción de Leif Korsbaek.


EL REINO DE LOS ZULÚ DE ÁFRICA DEL SUR[1].

Max Gluckman[2].

I Introducción Histórica
Describo la organización política Zulú en dos períodos de su historia - bajo el reinado de Mpande y bajo el gobierno europeo, hoy día. La historia Zulú ha sido bien descrita por Bryant y Gibson, y sólo doy aquí una guía muy general que puede ser enriquecida remitiéndose a sus libros[3]. He utilizado registros históricos, en parte para ilustrar el funcionamiento de la organización de cada período y, en parte, para discutir los cambios en la naturaleza de la organización.
La familia Nguni del pueblo de habla Bantu, que más adelante formó la nación Zulú, llegó al sureste de África alrededor de la mitad del siglo XV. Eran pastores que practicaban cultivos alternos. Vivían en estancias dispersas ocupadas por descendientes masculinos y sus familias; un número de estas estancias se unificaron alrededor de un jefe, el heredero de la línea de descendencia m s antigua, en la tribu. Clanes exógamos y patrilineales (hombres y mujeres de descendencia común llevaban el mismo nombre) tendían a ser unidades espaciales y los centros de la tribu. Una tribu se dividía en secciones sometidas a los hermanos del jefe y, como resultado de una pelea, una sección podía emigrar y establecerse como un clan y una tribu independiente. También había absorción de extranjeros en una tribu. El robo de ganado era frecuente pero no había guerras de conquista. Para 1775 los motivos de guerra cambiaron, posiblemente debido a la presión demográfica. Algunas tribus conquistaron a sus vecinas y surgieron pequeños reinos que enteraron en conflicto. Esta lucha, Shaka, jefe de los zulú, fue el victorioso: por su carácter personal y estrategia militar se convirtió en el señor de los que es hoy la tierra Zulú y Natal[4], y sus tropas combatían más allá de sus fronteras. Organizó una nación con todas las tribus que conquistó. Su mayor interés se encontraba en el ejército y convirtió a sus hombres en guerreros de tiempo completo; desarrolló el concepto de regimientos formados por hombres de la misma edad, y los acuarteló la mayor parte del año en grandes barracas construidas en diferentes partes del país. Ahí se entrenaban para la guerra, pastoreaban el ganado del rey y cultivaban los campos. A los hombres se les prohibía casarse hasta que el rey les daba permiso, como requerimiento, de casarse con las mujeres de un requerimiento de cierta edad. El gobierno de Shaka era el de un tirano y peleaba una guerra cada año; por lo tanto, cuando en 1828 fue asesinado por su hermano Dingane, la gente aceptó gustosamente a éste como rey.
Durante la vida de Shaka, los comerciantes se asentaron en Puerto Natal en términos amistosos son los zulú. Más tarde, los boers llegaron al Natal, conquistaron a los zulú en 1838 y los confinaron al norte del río Tugela. El gobierno de Dingane fue también tiránico y su gente empezó a apoyar a su hermano Mpande. Dingane urdió un plan para matar a Mpande y éste huyó con sus seguidores a los boers en Natal; de allí atacó y derrotó a Dingane y se convirtió en rey. Los zulú comenzaron entonces un período de relativa paz, pues Mpande sólo ocasionalmente atacaba a los swazi y tembe (thonga); al sur y al oeste estaban los estados europeos y los fuertemente atrincherados basuto. Sin embargo, durante su reinado dos de sus hijos pelearon por el trono; Cetshwayo triunfó y se convirtió en rey cuando Mpande murió en 1872
En 1880  los británicos derrotaron a los zulú, destituyeron a Cetshwayo y dividieron la nación en trece monarquías. Tres años después trataron de reinstalar a Cetshwayo; por varias razones la guerra civil estalló entre la sección Usuthu (la real) de la nación y de las tribus gobernadas, bajo el rey, por la casa de Mandlakazi Zulú, que se unió a la casa real en el periodo del abuelo Mpande. El rey murió pero su hijo Kinuzuzulo con los boer ayudó a derrotar a los rebeldes que huyeron con los británicos. El 1887 los británicos establecieron un magistrado en la tierra Zulú y restauraron a los Mandladazi a sus hogares. Dinuzulú resistió, fue derrotado y exiliado. Los zulú se dividieron en un número de tribus y el gobierno blanco estableció firmemente. Dinuzulú fue designado jefe de una tribu pequeña (la Usuthu), pero fue nuevamente exiliado después de la rebelión de Bambade en 1906. Murió en exilio y su heredero fue nombrado jefe de los usuthu; después de su muerte fue reemplazado por su hermano como regente. El gobierno ha pasado de Inglaterra a Natal, y en 1910 pasó a la Unión de Sudáfrica.

Aquí va un mapa del país zulú


II El rey y el Estado zulú
Algunos agrupamientos de parentesco persistieron a través de las devastadoras guerra y el cambio tan grande en la organización política de las monarquías Shake y Diangane. Los clanes desaparecieron como unidades, y los miembros de un solo clan podía haberse dispersado por la tierra zulú: mantuvieron el nombre de su clan y el respeto por la cabeza de su linaje mayor. grupos de clanes, sin embargo, todavía se encontraba en varias partes[5]. Los grupos de parentesco importantes que eran la base de la organización social todavía estaban formados por los habitantes de estancias separadas. a la cabeza de una estancia se encontraba el m s anciano por descendencia del grupo. En la en la cercanía se podía encontrar estancias de hombres del mismo clan y todos reconocían al heredero de su línea mayor (la cabeza de línea) como su jefe. En alguna distancia quizá s habían miembros del clan que vivían bajo una autoridad política diferente, pero reconocida como parte del grupo y por tanto con derecho a participar en los asuntos que le afectaban. Entre los grupos agnáticos locales habían a menudo estancias de otros parientes políticos o relaciones matrilineales luego venía una faja de país ocupada por miembros de otros grupos, constituido de la misma manera. Los extranjeros podían vincularse a un hombre importante, como sus sirvientes o dependientes, y podían ser absorbidos por sus parientes"; retenían el nombre de su clan, pero no podían casarse en el linaje superior al suyo, aunque podían hacerlo en su propio clan . El segundo cambio importante en la vida de la familia zulú fue ocasionado por los jóvenes que tenían que servir en las barracas militares del rey, lo que los mantenía alejados de su casa casi todo el año. En las estancias los hombres viejos y los jóvenes pastoreaban el ganado y las mujeres trabajaban los campos. Cada estancia tenía su propio campo y rebaño. Un reconocimiento demográfico mostraría las estancias como se distribuían con cierta distancia (entre cientos de yardas y una o dos millas) a loa largo de las montañas que, atravesadas por profundos valles boscosos, caracterizaban el interior de la tierra zulú. Los campos se ubicaban predominantemente a lo largo de las colinas y las márgenes de los ríos; los valles bajos, inhabitados debido a la fiebre, se utilizaban como campos de pastoreo de invierno y de caza. Las tribus de la costa vivían, distribuidas de la misma manera, en la malsana planicie de arena entre las montañas y el mar. La comunicación entre las diferentes parte de la tierra zulú era relativamente fácil; los hombres iban de todas las partes a las barracas del rey y los matrimonios entre estancias bastantes separadas eran comunes.
La nación zulú consistía entonces de los miembros de algunos cientos de clanes, unificados por su lealtad al rey. El pueblos pertenecía al rey y por lo tanto se purificaba en casos de asalto o asesinato. En el periodo m s temprano de la historia Nguni, la fidelidad política tendía a coincidir con la afiliación de parentesco. Entonces, la tribu zulú (abakwazulú) consistía originalmente sobre todo en descendientes de zulú, un hijo menor de Malandela, tan distintos de la tribu Qwabe, los descendientes de Qwabe, el hijo mayor de Malandela. Hoy día el término abakwazulú todavía significa miembros del clan zulú, pero tiene también el significado más amplio de toda a gente que es leal al rey zulú. Colectivamente, independientemente del nombre de su clan, se consideran convencionalmente zulú. La afiliación política de parentesco se convirtieron en un rasgo distintivo también en grupos políticos más pequeños en los que la nación estaba dividida. Estaban compuestas de miembros de muchos clanes, aunque tener un núcleo de parientes: miembro de un sólo clan podían encontrarse en muchos grupos políticos. Mientras que las bases de los grupos políticos desaparecieron, los nuevos que surgían se describían en términos de parentesco, pues cualquier oficial político se le refería como el padre de su gente, y su relación con ellos se concebía similar al de un padre con sus hijos. El territorio de un rey o de un jefe puede referirse como umzi kaMpane (la estancia se Mpande) o unziaZibebu, como umzi Kabani a la estancia de la familia de mengano o perengano. Los hijos del rey no debían referirse a él como padre ya que "el rey es padre de su gente, y no solo de su familia".
Al rey pertenecía también la tierra. Todos los que venían a vivir en tierra zulú tenían que reconocer su soberanía. Abakwazulú tiene también el significado de la gente de la tierra zulú (kwazulú) y la palabra zulú izwe significa nación, tribu, o país[6]. La misma regla se aplicaba a los agrupamientos políticos más pequeños y para saber quien era el jefe de un hombre uno pregunta "quién es tu jefe?" o "de quién es el distrito de donde vienes?" la relación de una unidad política a la tierra se puede definir: quienquiera que venga a una tierra que pertenece a una autoridad política se convierte en vasallo de esa autoridad, y todos sus vasallos tenían derecho a tierra en esa  rea.
La nación puede entonces definirse como un grupo de gente que debe fidelidad a una cabeza común (el rey) y que ocupa un territorio definido. Se agrupaban bajo en rey para atacar o defenderse de grupos externos. Además s de controlar las relaciones con otros pueblos de habla bantu y con los europeos, el rey ejercía la autoridad judicial, administrativa y legislativa sobre su gente, con poder para llevar a cabo sus decisiones. Ejecutaba ceremonias religiosas y actos mágicos en nombre de la nación. Todas las tribus que componían la nación hablaban dialectos de la misma lengua y tenían una cultura común.
Los reyes Mpande y Cetshwayo no tenían vasallos directamente bajo su control. Vivían en una faja de tierra ocupada solo por estancias reales y barracas militares[7]: fuera de esa faja la tierra zulú estaba dividida en un número grande de grupos políticos. Los habitantes de las divisiones muy grandes. Los habitantes de las divisiones más grandes de la nación las llamo "tribus", y a sus cabezas los llamo "jefes". Las tribus estaban divididas en grupos (cámaras) más pequeñas bajo parientes del jefe u hombres de otros clanes (indunas), responsables ante los jefes.
Al rey se le aproximaba con salutaciones ceremoniosas y títulos de respeto que, dicen los zulú, aumentaban su prestigio. Se les refería como la nación. La tradición e historia era común a todos los zulús y era generalmente su sentimiento común acerca del rey y sus antepasados que unían a todos los zulú como miembros de la nación. En las grandes ceremonias de los primeros frutos y en los tiros de guerra el rey era fortalecido y purificado en nombre de la nación. Poseía algunos objetos heredados de sus antepasados y el bienestar de la nación se creía que dependía de ellos. Esta posición ceremonial del rey se apoyaba en sus espíritus ancestrales. Se suponía que ellos cuidaban toda la tierra zulú, y a nombre de los intereses de la nación del rey tenía que apelar a ellos en caso de sequía guerra y en  las estaciones de siembra y de los primeros frutos. El rey estaba a cargo y era responsable de toda la magia nacional. Shaka expulsó a todos los brujos que hacían llover de su tierra, argumentando que sólo ‚l podía controlar los cielos. El rey poseía medicinas terapéuticas‚ importantes con las que podía tratar a toda su gente enferma importante. Todos los médicos hábiles tenían que enseñar al rey sus remedios. Por último, cuando la gente moría y una persona era acusada de matarlo mediante brujería, ninguna sentencia se podía ejecutar a menos que los brujos del rey confirmaran el veredicto. Estas obligaciones religiosas mágicas del rey, en cuya ejecución era asistido por magos hereditarios y especiales, eran llevados a cabo en nombre del rey; aunque el rey pudo ser matado, su sucesor retomaba estas responsabilidades, y se suponía que los espíritus de los tiranos se convertían en una fuente de bienestar para la gente que los había asesinado.
El ritual de estas ceremonias nacionales  era similar  al de las ceremonias tribales de los tiempos de antes de Shaka, pero Shaka las militarizó y los hombres desfilaban para ellas en regimientos. Las ceremonias se habían diseñado sobre todo para fortalecer a los zulú a expensas de los otros pueblos que simbólicamente los atacaban. Era ésta la orientación militar de la cultura zulú bajo el rey que la unificaba grandemente al pueblo. Un hombre era llamado isihlangu senkosi (el escudo de guerra del rey). Los valores dominantes de la vida zulú eran aquellos del guerrero, y eran satisfechos en el servicio en las barracas del rey y en sus guerras. Hoy día los hombres viejos cuando hablan de sus reyes se emocionan y se alegran cantando las canciones y los bailes del rey, y todos los zulús tienden, durante la conversación a deslizarse hacia los cuentos de las guerras del rey y los asuntos de su corte.
Los regimientos pertenecían solamente al rey. Vivían en las barracas que se concentraban alrededor de la capital; los jefes no tenían control sobre los regimientos y juntaban su propia gente en divisiones territoriales, no de edad. Esta organización probablemente persistió del periodo de antes que Shaka[8] empezara a formar "regimientos de edad". En esos tiempos el jefe  de una tribu probablemente agrupaba su ejercito en divisiones que el constituía vinculando los hombres de algunas  reas  a algunas de sus estancias más importantes. Las tribus dentro de la nación zulú estaban (y todavía están hoy) organizadas sobre estas bases para pelear y cazar. Solo el rey podía reunir regimientos de edad. La nación estaba dividida también‚n para propósitos militares en la misma forma en la que la tribu estaba dividida. Pues el rey ligaba ciertos grupos de tribus a algunas de sus estancias reales. Llamo a cada una de estas divisiones y a la estancia real "ikanda" (cabeza) a la que se ligaba una "cabeza". La mayoría de las estancias que eran "cabezas" estaban en el  rea del rey; uno o dos se encontraban  fuera de dicha  rea. Algunas eran también barracas en las que estaban acuartelados regimientos particulares. la división en "cabezas" no era solamente territorial, ya que una vez que un hombre era vinculado a una "cabeza" no podía cambiar su vínculo, aún sise mudaba a un  rea tribal vinculada a una "cabeza" diferente. Sus hijos heredaban su vínculo; cuando estaban listos para enrolarse como soldados, iban a la "cabeza" a la que pertenecía su padre, y más tarde de todas las cabezas el rey reunía a todos los hombres jóvenes y formaba un nuevo regimiento con sus propias barracas. Por lo tanto, cada "cabeza" contenía miembros de todas las cabezas. En las barracas o en el desfile, las cabezas dentro del regimiento tenía lugares fijos de acuerdo con la ancianidad del establecimiento de sus respectivas estancias reales. Los miembros de una "cabeza" apoyaban al príncipe de su estancia real; el rey Cetshwayo, por lo tanto, cuando sucedió al trono, fortaleció  su propia cabeza al vincular a ella m s tribus. Cada regimiento tenía comandantes que eran generalmente príncipes, jefes, a los hermanos de jefes importantes, pero algunas veces eran valientes plebeyos.
Esta centralización de los regimientos en el  rea del rey le daba una posición en la vida zulú enteramente diferente de la que tenía cualquiera de sus jefes. Continuamente traía a los hombres cerca de su capital, donde vivían gracias a su ganado y grano complementado con la comida que se le mandaba desde sus casas. Pero aunque ponía a sus regimientos bajo el control del rey, le impedía contar con seguidores personales, ya que todos los hombres se encontraban comprometidos con algún jefe. Puede anotarse que esta centralización parece haberse efectuado cuando los zulú estaban peleando varias guerras, manteniendo un gran ejército‚ regular; el prestigio zulú era tan grande que era poco probable que otros bantu los atacaron, aun cuando las tropas zulú estuvieran estacionadas lejos de las fronteras[9].
El rey era también la suprema de la nación y las apelaciones de las cortes de los jefes se dirigían a ‚l. Se le llamaba para decidir sobre casos difíciles. Había siempre en su capital algunas indunas de casos (izinduna zamacala) que escuchaban estos casos y daban veredicto en nombre del rey. La mayoría de estas indunas eran jefes que gobernaban sus propias  reas; otros eran hijos, hermanos y tíos del rey, y habían plebeyos "levantados" por el rey debido a su sabiduría y conocimiento de la ley. En todos los concilios de hombres a lo largo del país, los induna identificaban a los hombres hábiles para el debate y el derecho y su habilidad podía llevarlos al ayuntamiento del rey. Dos de sus induna m s importantes que los otros. Uno era m s específicamente comandante de la armada y era un jefe o príncipe; el otro era llamado el "gran induna" (primer ministro) y tenía la voz pesada cuando discutía los asuntos del Estado. Siempre era un jefe importante, nunca un miembro de la familia real.
El rey debía mantener la ley acostumbrada. Los zulú me ilustraron esto citándome un caso en el que Mpande tenía que decidir en contra de uno de sus favoritos y entonces mandó hombres a liquidar a la familia litigante victoriosa para impedir que la decisión se llevara acabo. pero no podía decidir, en contra de la ley, a favor de su favorito. Sin embargo, el rey podía, al decidir un caso, crear una nueva ley cuando ‚l y su consejo consideraran que había buena razona.
Se suponía que el rey debía escuchar el consejo de sus consejeros, si no lo hacía se decía que el consejo podía tomar una cabeza de su ganado. Los zulú creían que el bienestar de su país dependía de que el rey tuviera consejeros sabios y fuertes, dispuestos a criticar al rey. En el consejo del rey (o un jefe) debía someter un asunto a discusión ante el consejo y ‚l mismo hablar al final de forma a que nadie tuviera miedo de expresar su opinión. El rey podría informar a sus consejeros m s cercanos de sus puntos de vista y ellos podían llevarlos al consejo; no debía ponerse en una situación en la que se contradijera, pero ningún consejero debía expresar una opinión fuerte; debía introducir sus puntos de vista indirectamente en deferencia al rey. El rey terminaba la discusión y, si era sabio, adoptaba  los puntos de vista de la mayoría. El consejo podía iniciar discusiones en asuntos de interés tribal o nacional. Parecía que en efecto el rey consideraba las opiniones de sus consejeros y no actuaba autocráticamente. Algunas veces excusaría una acción diciendo que había sido realizada por su induna sin su autorización, y esto parece que había pasado; y al tratar con los europeos en ocasiones los reyes decían que estaban dispuestos a hacer algo, y después se retractaban argumentando que sus induna había decidido lo contrario. El poder del rey y la insistencia de sus consejeros sobre sus derechos, y los celos entre ello se podían afectar el curso de la discusión y la decisión en cualquier asunto o caso.
Desde el punto de vista de sus vasallos, uno podía decidir que la principal responsabilidad hacia el rey era el servicio militar, incluyendo el servicio en trabajo. El rey tenía también derecho a un juego real, aunque tenía que premiar a los cazadores. Además, era costumbre obsequiarle regalos de grano, cerveza, ganado y, dicen algunos, chicas. Y como también‚n recibía la mayoría del ganado y mujeres capturadas durante la guerra y multas por los delitos, era fácilmente el hombre más rico en la nación[10]. En recompensa, se esperaba que alimentara y ayudara  a su gente generosamente. Tenía que cuidar a sus regimientos y darles sus escudos; en tiempos de hambruna se esperaba que ayudada a toda su gente y también aquellos que se encontraran en dificultades en cualquier momento. Por tanto, si el rey gobernaba de acuerdo a las tradiciones, era generoso con sus súbditos utilizando su riqueza para ellos; les daba justicia; protegía sus intereses; y a través  de él esperaban satisfacer sus ambiciones en el campo de batalla y en el tribunal.

III Estatus y poder político.
Todos los miembros de la familia de Shaka disfrutaban un status más alto como resultado de sus victorias. Ni él ni Dingane tuvieron hijos y fueron los descendientes de Mpande los que se formaron la familia real, aunque algunos linajes colaterales importantes se consideraban príncipes. Cualquier hijo de estos linajes, y los hijo de sus hijos y mujeres adoptivas, se les refería como abanwana (hijos, pero su equivalente de príncipe y princesa). Formaban un rango superior en la sociedad zulú, con estatus superior aún al de los jefes; algunos de ellos también gobernaban como jefes de las tribus. Príncipes de los linajes zulú, y jefes de otros linajes de clanes que eran príncipes de mujeres reales, eran de los jefes más poderosos en la tierra. pero mientras más cercano era (y es) un príncipe por nacimiento al rey en poder, más alto es su estatus social, aunque podía ejercer menor influencia en la nación que otros príncipes comunes. En menor medida, las mismas reglas se aplicaban a las familias reinantes dentro de las tribus; los parientes más cercanos del jefe eran la aristocracia de la tribu.
Cualquier miembro de la familia real zulú era saludado ceremoniosamente por los plebeyos, incluyendo a los jefes. Cualquier príncipe de la realeza también podía ser saludando con algunas de las alabanzas utilizadas con el rey, tales como “fuente del país”, si el rey no se encontraba presente, aunque el saludo real, Bayede, y los nombres inkosi (rey), ingonyama (león), estaban estrictamente reservados para el rey mismo. Este estatus de los príncipes les daba poder político. los hermanos de Shaka se convirtieron en jefes de las áreas en las que se asentaron. Mpande siguió la práctica de jefes grandes y polígamos, dejando a sus hijos en varias áreas como jefes. El rey era por lo tanto la cabeza por dependencia del poderoso linaje aristocrático zulú, que era respetado por todos los zulús, y su posición en la organización nacional se fortaleció ya que las tribus distribuidas a través de las tierras zulú eran gobernadas por sus parientes más cercanos quienes se relacionaban con él por fuertes vínculos de parentesco de asistencia mutua y por membrecía común en el linaje real. El matrimonio entre la familia real y las familias de los jefes establecían lazos semejantes. El rey se casaría con una hermana, una hija o incluso alguna chica que le perteneciera a él, a un jefe, y su hijo ( que se ubicaría como el príncipe de la nación ) sería el heredero. sin embargo, el príncipe podía atraer más seguidores de los que el  rey le había dado, y como en el  pasado, hermanos de los jefes  de tribus se dividían para establecer tribus independientes, de tal forma que los príncipes dentro de la nación se convertían en un amenaza potencial para el rey, especialmente si no gobernaba bien. Eran propensos a intrigar en su contra y aprovechar el descontento de la gente. La costumbre zulú dice que el rey no debería comer con sus hermanos, a riesgo de que fueran envenenados. Sus parientes del lado de su madre y su esposa se consideraban sus partidarios más fuertes, pues su importancia en la vida nacional venía de su relación con él, más que de su relación con el linaje real.
Por lo tanto, los zulú dicen, por un lado, que el rey gobierna con el apoyo de sus hermanos y sus tíos, y por otro lado, que el rey odia a sus hermanos y tíos que pueden aspirar al trono. En la práctica parece que más frecuentemente el príncipe y los jefes competían en la corte, esto es intrigaban uno contra otro, más que en contra del rey. Mientras que Mpande vivía, sus hijos peleaban también por el poder. La más importante de estas luchas fue por la herencia de Mpande. la regla para la sucesión es que el heredero es él que nació de la mujer a la que el rey hizo su mujer más importante. Mpande designó a primero a Cetshwayo heredero, pues Cetshwayo nació de una esposa que le dio Dingane. después empezó a favorecer a Mbuyazi el hijo de su esposa más querida. cada hijo tenía sus seguidores. Cetshwayo era apoyado por sus hermanos más importantes y los jefes grandes, y expulsó a Mbuyazi; desde ese momento empezó a gobernar. la sucesión zulú ha sido muy cuestionada: los primeros dos reyes fueron destituidos por un hermano, y Cetshwayo peleó por su reino. Cuando los británicos lo destituyeron, su esposa más importante no había tenido hijos , por lo que él designó a Dinizulú, entonces alrededor de 17 años, como su esposa más importante después de la muerte de Cetshwayo y fue hecho jefe por los británicos: Dinuzulú objetó, pues temía que su hermano se convirtiera en su rival.
El rango rival tendía. por lo tanto,  a contener poder político, ya sea en la forma de seguidores personales o bien el gran peso que tenían los consejos tribales o nacionales. de otro modo, un rango alto en la nación, con respeto, se daba a los oficiales políticos, ya sea que fueran jefes o consejeros  del rey y a sus sirvientes importantes y guerreros valientes.
Otro principio daba alto rango , principalmente la ancianidad de parentesco dentro de un grupo familiar. Como se dijo antes, Zulú, el fundador del clan de los zulú, era el hermano menor de Qwabe, el fundador del clan Qwabe. hasta ahora el jefe Qwabe es uno de los pocos jefes que no reconocería la superioridad del rey zulú: él asegura que el mismo es superior de nacimiento. la gente a la que le he recordado su pretensión , considera que es inválida: Shaka fundó la nación zulú  y, por tanto, sus herederos tienen derecho a gobernarla. Sin embargo dicen ellos, el rey debe “respetar” la ancianidad de parentesco del jefe Qwabe. este funcionó a través de todos los clanes. Independientemente del poder o de los límites políticos, la gente continuaba otorgando respeto a la cabeza lineal de su clan. Podrían tomar casos de herederos suyos y asistirlos con la ofrenda de la novia para la esposa de su jefe, aún si vivieran bajo la jefatura de otro linaje clánico.

IV Las tribus dentro de la nación.
El territorio zulú se dividía en un gran número de tribus de varios tamaños[11]. En la teoría zulú los jefes ( o sus antecesores) de todas estas tribus, eran educados por uno u otro de los reyes. Con esto los zulú querían decir que mantenían poder sujeto al rey y que, en última instancia, en el momento en que la nación zulú estaba siendo creada y consolidada, Shaka y sus hermanos menores convirtieron a sus ancestros en jefes, o les permitieron continuar su gobierno en un área particular. Los reyes bien reconocieron a los jefes existentes o mandaron algunos hombres con la indicación de que colonizaran un área despoblada. Una de las formas importantes en que un hombre obtenía estatus político era por nacimiento real, como se describía en la sección anterior. Otros hombres eran las cabezas de las tribus permanentes que habían sido independientes antes de la conquista de Shaka y había cabezas de clanes a los que, años después de que las guerra iniciales hubieran dispersado a su gente, sus seguidores regresaron. Los reyes, ocasionalmente, premiaban a los servidores personales, valientes guerreros, y entrenaban a los consejeros poniéndolos a cargo de los distritos. Pero por lo regular los jefes eran príncipes o cabezas de clanes. las cabezas de linajes  de ciertos clanes no tenían poder político; otros clanes eran representados por jefes en varias partes del territorio zulú. Eran incluso un recurso para los reyes reconocer las cabezas de clanes como jefes, ya que la filiación de parentesco era todavía un principio que unía a la gente y se tomaba conciencia de los grupos así formados.
Desde los tiempos más remotos los oficiales políticos han sido sucedidos por sus hijos y bajo los reyes esta  regla seguía  reconociéndose. los zulú todavía dicen que un induna o jefe tenía su posición porque el rey se la había dado; pero si él moría, su heredero, a menos que fuera completamente incompetente, los sucedería. Y, de fallar el heredero, el rey (o jefe) definiría un pariente cercano para que actuara como regente y la posición regresaría a la línea principal de ser posible. Los zulú dicen que el heredero tiene el derecho de ser designado, pero que depende de la voluntad del rey; pero se acepta que si el heredero se desconoce, él o sus seguidores pueden ocasionar problemas. Por ejemplo. escuché a un jefe importante discutir con dos se sus hermanos la designación de un sucesor a la muerte reciente de un induna del clan x......Los hermanos se oponían al descendiente designado, porque argumentaban que el muerto había intrigado con el magistrado local para que se reconociera como independiente. El jefe replicó que no había pruebas de que sus hijos actuarían en la misma forma, por que él lo había hecho; en todo caso, el área había sido densamente poblada por la gente x.... y preguntaba a su hermano si le gustaría que un extraño controlara su propia área. Concluía: “si hacemos eso, tendremos problemas con el pueblos x....” (Apenas debo señalar que el magistrado no era parte de esta entrega). Sin embargo, en una pequeña área de un induna, el rey (o el jefe) tenía poder para designar a un advenedizo: el rey dudaría de intervenir directamente en la sucesión para el oficio de jefe de una tribu grande, o un jefe con un induna poderoso, porque un número de gente podría mantenerse leales al hombre que considerarían el heredero verdadero. Había ocasiones sin embargo, en que el rey favorecía uno u otro de los aspirantes a la jefatura para perseguir sus propios fines. Si la estancia de un hijo importante del rey o de un jefe (especialmente un jefe de un clan zulú) se construía en un área de un induna plebeyo, el príncipe se convertía en la cabeza política, ahí y la induna se convertía en su induna. Sin embargo, cuando Mpande quería establecer a uno de sus hijos como jefe, pedía al jefe tierra para él.
Los jefes obtenían algunos de sus poderes del rey. Sus funciones más importante eran judiciales y administrativas. Ellos juzgaban casos de amparo que les llevaban de sus cortes de indunas e investigaban las infracciones de la ley. Aunque en teoría todas las multas por daños a las persona se dirigían al rey, de hecho los jefes las retenían en estos casos; sin embargo, periódicamente enviaban manadas de ganado como regalos al rey. supuestamente deberían enviar los casos difíciles y los casos que involucraban propiedades importantes al rey. En sus decisiones tenían que seguir las leyes emitidas por el rey y para ellas el amparo pertenecía a su corte. Tenían poder para ejecutar el juicio, pero no decisión de vida y muerte. En la práctica, algunos jefes poderosos eran bastante independientes y se decía que ejecutaban a hechiceros y adúlteros. Como jefes judiciales en sus distritos, tenían que vigilar el bienestar público. Un ejemplo de como el rey delegaba funciones administrativas a sus jefes es la designación que hizo Cetshwayo a un jefe de la costa para facilitar el paso de trabajadores de Thongaland a Natal. Como los jefes se encontraban frecuentemente el servicio del rey no podían realizar personalmente estas funciones, que delegaban en parientes de confianza e indunas.
El rey se comunicaba con sus jefes por medios de corredores. Personificar a un mensajero del rey era castigado con la muerte. Por lo tanto, las órdenes para movilizarse en la capital, leyes proyectadas y cuestiones de interés nacional, el rey las anunciaba las gentes por medio de sus jefes, aunque muchos anuncios se hacían en la ceremonia de los primeros frutos. cuando era necesario, los jefes transmitían estas órdenes a sus indunas encargadas de las guardias y estas reportaban a los jefes de los grupos y estancias de linajes. Toda la gente podía expresar su opinión y los hacen por medio de sus grupos de parentesco y, después sus oficiales políticos inmediatos. Además, los jefes e indunas tenían funciones administrativas dentro de sus propios distritos incluyendo la distribución de tierra, al mantenimiento del orden, juicio de casos, vigilar el bienestar de sus distritos, realizar rituales para proteger las cosechas, buscar hechiceros. jefes como el rey, recibían regalos de maíz y ganado, pero no imponían ningún tributo. podían llamar a sus vasallos a trabajar sus campos, construir sus estancias arrestar criminales, o a cazar. En contrapartida, se esperaba que premiaran a estos trabajadores con comida y que ayudaran a la gente con problemas. Como el rey, también solían consultar y escuchar un consejo que estaba compuesto de sus hombres importantes.
Por lo tanto, la autoridad de rey se ejercía a través de los jefes, sus representantes en varios distritos. Gobernaban por medio de sus hermanos e indunas de distritos más pequeños, bajo las cuales estaban los linajes y las cabezas de estancias. la organización política zulú podía por lo tanto verse como una autoridad delegada en grupos cada vez más pequeños, y cada vez con menos poder ejecutivo. de los oficiales inferiores se acudía a los más altos; en teoría; la voluntad del rey era casi absoluta. Al fondo se encontraban las cabezas de grupos de parentesco que podían emitir órdenes y arbitrar en disputas dentro de sus grupos pero que no podían ejecutar sus decisiones, exepto sobre las mujeres y menores. por otro lado, conforme los grupos se hacían más chicos, los vínculos de la comunidad y del parentesco se fortalecían, y conforme la fuerza se debilitaba como sanción, otras sanciones aumentaban su importancia. la dependencia de los hombres de sus parientes más viejos en asuntos religiosos y económicos, así como en la solución de problemas; era muy fuerte; aún en las barracas compartían chozas  con sus parientes y dependía de ellos para alimentos y apoyo en pleitos. en agrupamientos de parentesco, las principales actividades integradoras y sanciones sociales descansaban en la reciprocidad y vida comanditaria. Algunas reglas de parentesco se apoyaban en sanciones judiciales, pero cuando estas obligaciones se exigían por ley, la fuerza se utilizaba de acuerdo al criterio del jefe y no por la obligación misma.
He descrito las tribus y los grupos más pequeños como parte de una organización piramidal, con el rey en la cúspide, a fin de mostrar la estructura administrativa que atravesaba los agrupamientos sociales, pero la posición de la cabeza de cada grupo en los conjuntos era diferente, pues se relacionaba con los miembros de su grupo a través de los vínculos que se diferenciaban de aquellos que los vinculaban a la cabeza ce un grupo más grande, del cual era parte. Además de los lazos sentimentales, de estancia y de linaje, las cabezas ejercían la autoridad por su estatus de sus inferiores: los induna y sus seguidores compartían actividades comunes, sociales y frecuentemente económicas, así como asuntos políticos; los miembros de la tribu se relacionaban con sus jefes sobre todo por medio de vínculos políticos; y todos los zulú al rey por medio de sus obligaciones militares. La importancia promedio de los zulú disminuía si el grupo del que formaba parte era más grande. la posición del rey en el estado era esencialmente su establecimiento en el “área de las barracas”. Simbolizaba para los zulú su identidad como nación frente a los swazi  y otros bantu, y las fuerzas europeas. La nación era una federación de tribus cuyas entidades separadas se simbolizaban por sus jefes. las tribus eran inclusive autónomas dentro de la organización nacional, pues en ocasiones muchos hombres de las tribus apoyaban a sus jefes cuando peleaban con el rey, aunque algunos se cimbraban a sus lealtades nacionales[12]. Sin embargo, las identidades tribales aparecían sobre todo en las relaciones entre tribus. existía entre las tribus una hostilidad muy fuerte que afectaba el curso de la historia zulú después de la guerra zulú de 1880; se reflejaba en la corte en la competencia de los jefes por el poder. Porque la gente de cualquier tribu de alguna fuerza era orgullosa de sus tradiciones y del linaje del jefe, era leal a su jefe y resentía rápidamente cualquier intento de interferir en los asuntos internos de su tribu. ocasionalmente, especialmente en tribus fronterizas, esta hostilidad se desencadenaba en combates. aparecía más claramente en la fidelidad de la gente con su propio jefe, en contra de otros jefes. Por lo tanto, como podrá verse en la siguiente sección, los jefes trataban de ganarse adictos de otros jefes gobernando bien. sin embargo, frecuentemente los jefes se relacionaban uno con otros en términos amistosos. Como parte de la maquinaria administrativa servían juntos en el consejo del rey y pueden haber conjugado esfuerzos para presionar al rey.
Dentro de una tribu hubo oposición similar entre secciones. las tribus fueron divididas (como se describe en los párrafos sobre la armada) en secciones que estaban adjuntas a las propiedades o fincas del jefe, sus hermanos y sus tíos. Los partidarios o súbditos de cada uno de esos dueños de la propiedades principales eran muy celosos de su prestigio de su príncipe y sentían una lealtad hacia él y los protegían de partidarios y súbditos de otros príncipes. Antes y después de la muerte de su jefe, esos grupos competían con algún otro para tener a su príncipe nominado como heredero, y para esta ocasión siempre se mantenían listos, apesar de sus lealtades tribales, para apoyar a su preferido en contra, incluso del heredero que ya había sumido el poder. los pleitos entre secciones continuaban día a día, a menudo se encendían tan sólo por problemas tribales: y cuando el gobierno asumía el dominio del gobierno de la tierra zulú, este heredaba una inmensa fortuna de sus feudos y de los feudos de las tribus.  Incluso los miembros se secciones militares o áreas y si un pleito empezaba entre dos hombres, sus amigos miembros enseguida se involucrarían y los apoyarían. así que en cada grupo político zulú había oposición entre sus secciones integrantes, a menudo se manifestaban a través de sus líderes aunque operaban conjuntamente en problemas que afectaban al bienestar de todo el grupo.
Los grupos opositores dentro de la nación eran unidos por el servicio común de sus líderes en el consejo del grupo más grande o del líder del cual ellos formaban parte. La administración se llevaba en líneas separadas del rey a un jefe particular. Todos esos hilos eran manejados o entretejidos en el sistema de consejos. Aunque las cabezas de un grupo eran la parte más importante de la burocracia que habían en la simple organización social de los zulú, sus funciones como burócratas y como líderes no eran enteramente idénticas. En anteriores párrafos  algunas de sus funciones como líderes de grupos han sido mencionadas. Como administradores ellos vigilaban los intereses de su gente y los reglamentaban de acuerdo a las órdenes de sus superiores y también utilizaban el apoyo de su gente en sus luchas por el  poder administrativo, quizás en contra de los propios intereses de su gente. ellos y los oficiales cercanos al consejo real eran el lazo entre una norma y sus aspectos, pero frecuentemente tendían a volverse a una barrera entre ellos por que estaban celosos de los primeros de los derechos de los segundos. Presentían cualquier ocupación o invasión de sus privilegios y algunas veces actuaban independientemente de la norma. la gente tenía que considerar a esos oficiales como los próximos a las normas, las normas cumplían las funciones de conducir las relaciones entre los oficiales y la gente. Había sin embargo, un balance inestable entre deberes e intereses entre los grupos líderes actuando como consejeros las reglas y la gente.

V Sanciones sobre la autoridad y la estabilidad del Estado
El rey estaba destinado a considerar las costumbres y el consejo. El rey zulú raramente llamaba a reuniones nacionales para discutir; consultaba a los jefes sobre sus deseos. Las gente no podía criticar al rey, pero él podía sufrir si no recordaba por completo sus sentimientos. El rey debía ser supuestamente justo y generoso y los príncipes y jefes también, y además consciente de la tradición de la buena regla. El punto clave de la historia zulú y para sesenar sus lecciones era Shaka no fuera asesinado. Por que él oprimiera a la gente. ¿Entonces Dingane no sentía miedo de matarlo? En un momento , mucha gente apoyaba a Npande en contra de Dingane.
Npande era justo y generoso, rey gobernó por largo tiempo. A mí me han dicho que si un jefe da poderes a su gente, sus familiares lo envenenarían, pero mis informantes no me dirían por lo cual esto fue hecho.
Se requirió un largo periodo de sufrimiento antes de que la gente se volviera en contra de las normas establecidas. Reyes y jefes siempre estaban ansiosos de tener muchas esposas y por lo tanto era difícil organizar resistencia armada contra el rey, sin embargo el zulú señala que todas las espías de Shaka no lo salvaron del asesinato. El rey fue apoyado con gran fuerza y la rebelión adquirió que todos los jefes y príncipes se unieran. Un antiguo visitante europeo a Shaka recuerda que su política era mantener sus jefes uno abajo del otro en jerarquía, y el zulú admite que eran métodos de normalidad, señala pues que el gobierno utiliza esto actualmente para dividir Natal y tener zulú en 300 jerarquías de jefaturas. Más allá de la familia real no había alguien que pudiera mandar en la nación entera y esto era reconocido  por los jefes.
La gente dependía  del liderazgo de sus oficiales políticos más cercanos para luchar en contra de un soberano opresivo. Los zulú no tenían idea de ninguna organización política más que la que heredaban y sus espías de desarrollo social no conducía al establecimiento  de nuevos tipos de régimen. Su única reacción para las malas reglas era quitar al tirano y poner a algún otro en su lugar con poderes similares. y que los individuos tiranos pudieran escapar de Zulúland a la protección de otras naciones; esto es la gente podía llevar ventaja sobre las intrigas de los príncipes y jefes por el poder, y el último en intrigas buscaba ganar el apoyo de la gente. la política del rey era por lo tanto de perseguir a cualquiera que representaba una amenaza para quitarlo de su lugar: se hubo enfrentado rivales no revolucionarios. El rey mató a todos sus hermanos que temía le rivalizaban el poder. Tíos y padres eran considerados miembros peligrosos para pelearle el poder. Y mientras la gente no podía quejarse en contra el rey, los hermanos sí podían contra sus tíos. Los reyes y todos los oficiales estaban siempre antes de todas estas amenazas y rivalidades. Así como se creía que las medicinas de una regla hacía al rey inmune a la influencia de sus inferiores, si el se sentía enfermo en presencia de algunas personas podía acusarlas más tarde de hechicería.
El rey tenía que tratar a todos sus hermanos  (y jefes)  con delicadeza, a manos que ellos se volvieran centro de descontento en contra de él. la tensión entre el rey y sus hermanos era un centro sobre las reglas y normas del rey, por que esta podía en un momento dado cambiar la lealtad del pueblo para con sus hermanos. Además porque el rey era respaldado por sus cabezas políticas, los jefes y, si ellos decidian se ponían en contra de él y apoyaban a sus rivales, los jefes tenían poder para controlar las acciones del rey. por otro lado, los jefes dependían del rey. Él podía aumentar los poderes de sus favoritos o ayudar a los rivales de un jefe reacio a sus órdenes.
Dentro de las tribus los jefes detentaban al poder bajo condiciones similares. Ellos podían usar fuerza armada en contra de un desobediente o rebelde, sin embargo ellos tenían que informar al rey lo que estaba haciendo. habían controles fuertes sobre sus normas. Sus súbditos se podían quejar con él si los jefes gobernaban mal. Aunque un hombre podía en teoría apelar al rey, él probablemente no haría eso: un jefe solamente podían brincarse ante la corte de los reyes. El mal gobierno de su jefe podía tensar la situación con sus hermanos dentro de la tribu y esos hermanos, a menos que el rey interviniera, podían apoderarse del poder. Un disgusto con su hermano o súbdito importante podían llevarlo a vivir en otro lugar con sus simientes personales, solamente. Mientras que el mal gobierno hacía que los súbditos buscaran otros jefes, un gobierno bueno y generoso podía atraer seguidores. El zulú sabía que si un jefe era generoso y bueno con su gente y oía sus problemas, entonces ellos lo apoyaban a la guerra y no atentaban contra su poder. Las fuerzas de separación y de integración de los cuales marcaron la temprana organización política eran las que en la nación zulú hacían que un jefe gobernara justo y generosamente con los deseos de su gente.
El zulú tenía lealtades con sus cabezas políticas. Mientras esas lealtades no generaran conflictos, un rey, jefe o induna abusaran de su poder la gente podía volver su grupo a alguno de sus otros cabezas políticas y poner a estos en contra de él. Y las cabezas políticas como siempre estaban integradas le sacaban provecho a estos. Además el conflicto potencial de esas lealtades era fuertemente controlado sobre un mal gobierno y daba a la gente  algún control sobre sus normas.

VI El pueblo y sus líderes.
El trabajo de esas fuerzas dependía del hecho de que el liderazgo político era personal. En teoría, cualquiera podía acercarse a sus superiores por medio de sus cortesanos, aunque esto pudiera tomar algunos días. Un jefe (o también el rey) debía mantener el contacto directo con su gente y no debía delegar este deber. los jefes y los indunas conocían a la mayoría de sus súbditos, son sus parentescos y antepasados; si un extraño llegase a la capital se le preguntaban todos los detalles. esto también se aplicaba al rey, pero en menor grado. El jefe asistía a las bodas de su gente y mandaba condolencias, o las visitaba si algún pariente había muerto. Los zulú resumían esto diciendo “la gente respeta a su jefe, pero el jefe debe respetar a su gente”.
Esta intimidad existe entre el rey y su gente, a pesar de la ceremoniosidad que la rodea, era mayormente posible por que no había snobismo social entre los zulú. Al jefe se le continuaba considerando y tratando como “el padre de su gente”, “ellos son la gente de su padre”, es lo que decía; “cuida bien de ellos”. ¿Y no pertenecía el jefe a la tribu, especialmente si había suscrito la riqueza de su esposa para su madre?. No habían barreras inalcanzables para matrimonios entre su familia y cualquier otra familia de sus súbditos. Aunque los cortesanos tuvieron mayor conocimiento de los negocios que los de provincia, todos los zulú tuvieron la misma educación y vivieron de la misma forma; cualquiera formar parte del consejo del jefe o asistir en juicio del juicio del caso. Nacimiento, edad, valentía y sabiduría eran aspectos importantes que influenciaban el grado de atención que se le daría al individuo; y cualquier persona podía hablar. La riqueza hacía que el jefe estuviera más cerca  y no que se alejara de su gente. Pues, bajo las condiciones de vida de los zulú, la riqueza no le daba al jefe la oportunidad de vivir en un nivel más alto que sus inferiores. Tenía más  esposas y chozas más grandes  pero no se podía rodear de lujo por que no había ninguno. La riqueza, en forma de graneros bien llenos y grandes manadas de ganado, le daba poder al hombre únicamente para aumentar el número de sus dependientes y para dominar a muchos inferiores. Desde el punto de vista del jefe, se podría decir que él tenía que ser rico para poder sostener a todos sus dependientes; y además de esto la riqueza no tenía ningún otro uso[13]. Por otro lado, la riqueza de un súbdito atraía dependientes y le daba estatus político. Además, los parientes de un hombre rico no provocarían un enfrentamiento con él, por lo que era poco probable que sus parientes rompieran con él. De cualquier modo, habían muy pocas formas en que un plebeyo pudiera adquirir riquezas: lo podía hacer por medio de prácticas de magia, o con una recompensa del rey o del jefe por alguna hazaña hecha, o como botín de la guerra. he sido informado que solamente hombres importantes poseían ganado. Los zulú ricos prestaban su ganado a otra gente para que se lo cuidaran; ellos podían usar la leche y también la carne de los animales que se murieron, y este contrato los hacía dependientes del dueño del ganado por que él podía infringir grandes privaciones en ellos al retirarles el ganado. cuando el jefe hacía eso, le daba control sobre su gente y prevenía  que estos no cambiaran tan fácilmente sus lealtades para irse con algún otro jefe[14]. por lo tanto, riqueza atraída a seguidores y conforme estos aumentaban tenían hijos, los ricos podía reunir a su alrededor un grupo considerable de dependientes que era una unidad política. El parentesco por sí solo, dentro de un linaje, también creaba unidades políticas; hasta la cabeza de una familia tenía deberes políticos. una característica notable de la organización política zulú a través de toda la historia zulú es la creación de nuevos grupos cuando la gente emigraba, se establecía en otro lugar y luego se multiplicaba y los cabezas de estos grupos  eran oficiales políticos de menor importancia quienes a su tiempo podían adquirir prominencia. ya que el liderazgo era personal, estos grupos políticos no eran únicamente absorbidos dentro de otros grupos políticos ya existentes; sus líderes se convertían en oficiales dentro de la organización.
Así es que había una constante creación de nuevos oficiales quienes, con su ascenso en rango a guerreros valientes y hombres sabios, les permitía un alto grado de movilidad social. Cualquier hombre, cualquier que fuera su rango por nacimiento, se podía convertir importante políticamente si tenía la habilidad, aunque los que ya estaban establecidos en posiciones altas vigilaban celosamente sobre sus derechos y privilegios. Aunque dicho algunas veces cuando el jefe se volvía celoso de un inferior lo mataba con un cargo de brujería, y estos cargos parecía que eran presentados frecuentemente por otros hombres de la corte del jefe. estos eran (y son) frecuentemente en los círculos de las cortes.
Los zulú dicen que en la actualidad hay más seguridad en sus vidas que en los viejos tiempos, cuando un hombre podía perder la vida por cualquier cosa. A pesar de esto, y a pesar de hechos de desobediencias y favoritismos, los viejos zulú declaran que ellos obtenían justicia de sus jefes y ayuda en épocas difíciles. ellos negaban que los jefes podían ser sobornados. Mapande y Cetshwayo hablaron en contra de jefes importantes. Los jefes eran indudablemente crueles y ocasionalmente caprichosos, pero también eran generosos, aunque un viejo hombre que estuvo frecuentemente en su corte me dijo con tristeza: “no existe jefe que sea bueno”. Los viejos zulú generalmente agitan sus cabezas sobre el duro reinado del pasado, y después hablan de sus grandes glorias. la vida de los súbditos parecía variar con el carácter de sus jefes.
Durante el reinado de los reyes, el Estado aportó grandemente en las vidas de su gente. En el consejo y el campo de batalla solamente las ambiciones frías eran satisfechas. En distritos pequeños los hombres siempre estaban ocupados con asuntos administrativos y judiciales cuando estaban en sus hogares, especialmente cuando se retiraban del servicio activo. durante el cual tenían que pasar gran parte del tiempo en las barracas militares. Ahí pasaban hambre durante días para luego tener un banquete real con carne. Ellos descansaban y vivían con sus compañeros, cazaban, bailaban frente al rey, desfilaban para las ceremonias nacionales. El rey se asentaba y hablaba con sus hombres importantes, discutiendo las leyes, grandes hazañas, y la historia. las capitales de la tribu y los cuarteles eran el centro de la vida social en su distrito. la evolución del sistema de las barracas afectaba considerablemente la vida social de los zulú: controlaba matrimonios y, aunque continuaba la vieja división de los valores de los trabajos sexuales, era necesario para mujeres que ayudaran en el cuidado y ordenado del ganado. Los hombres jóvenes no se les requería trabajar en el hogar y su comida se les mandaba a las barracas, por el momento cuando eran enlistados como guerreros esperaban impacientemente, añorando unirse al regimiento.

VII El peridodo del dominio europeo[15].
Entre 1887-88 finalmente el gobierno inglés obtuvo dominio de la tierra zulú, a pesar de la oposición armada de Dinuzulú. En corto tiempo el dominio gubernamental fue establecido[16]. A la fecha es parte vital de la vida zulú : de 10 cosas que escuché se discutían un día en el consejo del jefe, siete eran directamente relacionadas con el gobierno, 50 años de contacto directo con los europeos han cambiado radicalmente el estilo de vida zulú a los largo de todo el territorio sudafricano[17]. La organización militar fue deshecha y la paz fue establecida. Se adoptó el arado, el cual asignó el trabajo agrícola a los hombres, y ellos van a trabajar para los europeos en Durban, Johannesburgo y en otros lados. El desarrollo de nuevas actividades y necesidades, el trabajo de varios departamentos de gobierno, misiones, escuelas, tiendas, todas afectaron la vida diaria de los zulú modernos. Las comunicaciones se hicieron más fáciles, aunque la presión sobre la tierra es mayor. El dinero es un valor estándar común. El culto ancestral y muchas viejas ceremonias han dejado de usarse.
La tierra zulú esta dividida en un número de distritos magistrales, los cuales están divididos en tribus con jefes[18], los cuales tienen autoridad judicial limitada y tienen que ayudar al gobierno en muchos asuntos administrativos[19]. En un distrito el magistrado es el oficial judicial y el político supremo. Es el representante del gobierno. Su corte aplica leyes europeas y es una corte de primera instancia y de apelación de los jefes en casos entre los nativos que se deciden de acuerdo a la ley zulú. Él coopera con otros departamentos del gobierno, y como los jefes y sus indunas. Esto, de acuerdo con el estatuto, es el sistema político; los jefes son sirvientes del gobierno bajo el magistrado, quienes tienen el deber de obedecer. En la vida zulú el magistrado y el jefe ocupan diferentes, y en muchos sentidos, posiciones opuestas.
El sistema político de los zulú modernos es finalmente dominado por la fuerza del gobierno, representada en el distrito por la policía. Son pocos en número para el área y la población que tienen que controlar, pero las respalda el inmenso poder europeo. El magistrado es respaldado por este poder y a él se le ha dado toda la autoridad perteneciente a la comunidad de la alta sociedad blanca de Sudáfrica. En el desarrollo de las nuevas actividades las cuales han marcado el cambio de la vida zulú, el gobierno ha jugado un papel determinante. estableció la paz, estimuló a los hombres a trabajar para los europeos, sostuvo las escuelas, creó la salubridad veterinaria y servicios agrícolas. de esta manera, el magistrado no únicamente aplica los reglamentos gubernamentales, también es la cabeza de la organización la cual esta trayendo nuevas y algunas adaptaciones a las nuevas condiciones de los zulú[20]. Él tiene que hacer muchas cosas que el jefe no puede hacer por que no tiene poder, organización y conocimientos. la gente se dirige al magistrado  con sus preguntas y problemas. de tal forma que el magistrado se ha vuelto el representante de los nuevos valores y creencias que hasta la fecha afectan el comportamiento de los zulú.
Sin embargo, mientras los zulú reconocían y hacían uso de la magistratura, su actitud hacia el gobierno es generalmente hostil y suspicaz. ellos lo acusan de ser la causa de los nuevos conflictos en sus comunidades; ellos consideran que ciertas leyes son opresivas[21]; ellos juzgan que las medidas que el gobierno tiene intenciones de tomar para sus intereses son diseñadas realmente para quitarles su ganado, y se cita como argumentos el abuso de los blancos hacia los zulú que existió en el pasado y los que ellos consideran como una serie de promesas quebrantadas, hechas a ellos. Además muchas de estas medidas están en conflicto con sus placeres, creencias y forma de vida, como por ejemplo, la prohibición de fumar marijuana y juicios de brujería; y la inmersión del ganado y el control de los movimientos de ganado. Por lo tanto mientras el gobierno requiere que los jefes respalden sus medidas, la gente espera que sus jefes se opongan a ellas y, claro que normalmente se oponían a ellas. esta posición fue claramente enfatizada en 1938, cuando un jefe fue alabado por su gente porque se opuso a la creación de prados para ganado para prevenir la  erosión, en cambio fue condenado por los oficiales; ; un jefe que pedía prados para su ganado era elogiado por los oficiales pero condenado por su gente. Ellos se quejaban de él con el rey zulú. Ya que la gente se dirigía a sus líderes nativos para que se examinaran los proyectos del gobierno y “defendieron a su gente” en contra de ellos.
Las imposiciones del reglamento blanco y el desarrollo de nuevas actividades han cambiado radicalmente los poderes de los jefes. Él es un subordinado de los reglamentos del gobierno; no puede forzar, aunque nivela, los trabajos forzados; él continúa siendo dueño de las tierras, pero menos tierra y esta sujeto  a los controles gubernamentales: él ha perdido su relativa enorme riqueza y frecuentemente usa la tierra para su propio interés y no el de sus súbditos;  muchos de los súbditos lo sobrepasaban en los nuevos conocimientos. Ahora los hombres tienen menos tiempo para dedicarlo a los intereses de sus jefes. Un jefe puede tratar de aplicar las viejas formas de lealtad las cuales muchos súbditos  rechazan creando así conflictos entre ellos mismos. Si él trata de oprimir o explotar a alguien esta persona puede pedir protección al magistrado. este último punto importante no necesita más elaboración, aunque puede anotarse que desde el tiempo de las guerras civiles diferentes facciones trataron de persuadir al gobierno británico que estaban en lo correcto y que debieran de ser ayudados. El jefe puede obligar la lealtad que el gobierno, en su deseo de gobernar por medio de sus jefes, pueda hacer que el pueblo de, aunque su desaprobación es una penalidad pública sería. Él no sólo los guía en su oposición en contra del gobierno sino que también tiene para ellos un valor que el magistrado no puede tener.  El magistrado no puede cruzar la barrera entre los blancos y los negros. Él habla con su gente y discute sus problemas, pero su vida social es con otros europeos del distrito. la vida social del jefe es con su gente. Aunque él es su superior, es un igual entre ellos comparado con los blancos y “se siente parte” de ellos. “Él tiene la misma piel que nosotros. Cuando nuestros corazones sufren, su corazón también sufre. Lo que nosotros consideramos buenos, él lo considera bueno”. Un hombre blanco no puede hacer esto, no los puede representar. los zulú son ignorantes con respecto a la historia europea y no puede tener valor para ellos; los jefes, y  especialmente el rey, simbolizan los valores y las tradiciones de los zulú. Ellos aprecian con su gente el valor del ganado como objetivo en ellos mismos y las costumbres como la riqueza de la novia, las cuales han sido prohibidas por los europeos. El jefe está ligado a ellos por parentesco familiar y cualquier hombre puede relacionarse con él por medio del matrimonio; las barreras sociales entre los negros y los blancos no pueden ser cruzadas satisfactoriamente. los zulú reconocen la posición de su jefe sobre todo por su conservadurismo y parcialmente por que el gobierno lo reconoce. pero un jefe es usualmente un jefe por herencia: “él tiene la sangre y el prestigio del capitanado y, esto se extiende a sus parientes; el magistrado únicamente el prestigio de su oficio y de su cargo”. Con esta contraste los zulú muestran la posición de los jefes que existen independientemente del reconocimiento del gobierno y tiene sus raíces en los valores y los hábitos de su gente. Los jefes y los miembro de la familia real son tratados en formas tradicionales de respeto. Su historia familiar está entrelazada. Sus capitales son el centro de la vida social. Se les da lealtad y tributo.
He delineado las posiciones opuestas de los jefes y los magistrados: la balance entre los dos es la característica dominante del sistema político. Sin embargo, esto cambia de situación la vida de los zulú. El gobierno exige una mínima lealtad hacia los dos, el magistrado y el jefe; la influencia de cada uno puede variar por arriba de este mínimo como sus caracteres y relaciones entre ellos, de acuerdo al asunto considerado. Un magistrado que simpatiza con y entiende a los zulú los puede atraer hacia él, especialmente cuando el jefe no simpatiza; un magistrado rudo ahuyenta a la gente haciendo que se le acerquen más al jefe. Más que esto, la balanza cambia también entre diferentes individuos en diferentes situaciones. un hombre que considera que el jefe esta en su contra, va a favorecer al magistrado considerándolo imparcial; pero para el jefe es la fuente de la justicia cuando un magistrado exige una ley que no es bienvenida. la gente se une al jefe cuando ellos se oponen a medidas tales como la reducción de la riqueza de las novias. Si el jefe trata de forzar a la gente a trabajar, ellos lo consideran inaceptable con el magistrado el cual paga a la gente que emplea. Aunque en muchas situaciones no se puede hacer, los zulú comparan constantemente los titulares europeos y los nativos y cambian su lealtad de acuerdo a lo que es más ventajoso o de acuerdo  a los valores que guían en diversas ocasiones.
En este análisis ha sido necesario enfatizar la oposición entre el jefe y el magistrado. Es muy fuerte, y parece con muestra de celos por el poder que cada uno tiene sobre la gente. Pero como rutina el sistema administrativo funciona bastante bien. Los jefes y los induna ayudan activamente en la administración de la ley ya que se efectúen ciertas actividades. Los magistrados son astutos en su trabajo y también están ansiosos por ver progresar a sus distritos. Pueden, como individuos, ganar la confianza de su gente, aunque no sea completamente y la actitud fundamental hacia el gobierno se mantenga sin cambiar. Ellos representan a su gente con el gobierno y la administración en el desarrollo de reservas nativas, y parece que se está volviendo un conflicto con el gobierno con el parlamento ya que este representa los interese de los blancos, pero aunque en general, el sistema de trabajo, la oposición entre las dos autoridades se vuelve más patente sobre las decisiones importantes. Y finalmente el supremo poder del gobierno puede aplicar las decisiones a menos que esto dependa de la cooperación voluntaria del pueblo y del jefe. Ahora los zulú tienen pocas esperanzas de resistir los reglamentos del gobierno y aceptan ásperamente sus decisiones. En los consejos de los jefes ellos ventilas su oposición con pláticas.
Para evaluar esta reacción a instituciones políticas modernas es necesario distinguir dos grupos entre los zulú, los pagano y los cristianos (o escolares). Cualquier zulú educado escolarmente acepta con mayor facilidad las inovaciones europeas que un pagano. Sin embargo, la mayoría de los cristianos tienen las mismas actitudes que los paganos, aunque sus quejas contra el gobierno y los bancos son formuladas de diferente manera. Algunos cristianos mejor educados miden el valor de sus jefes con estándares materiales de trabajo práctico para el gobierno y sostienen que los jefes  son reaccionarios opuestos al progreso cuando ellos favorecen un sistema tal como el de Transdeien Bunga. Posiblemente a ellos los mueva el deseo de poder. En general, se puede decir que los zulú más educados consideran al magistrado más aceptable que los paganos, pero entre los zulú más educados, quienes están más fuertemente en contra de las barreras raciales, existe una tendencia con reacciones violentas de su gente, cultura y valores para alejarlos de los europeos. Sin embargo, es por medio de los cristianos que los europeos introducen la mayoría de sus nuevas ideas en la vida de los zulú. Esto causa hostilidad entre los paganos y los cristianos y crea, con base en las diferencias de educación, adaptabilidad, empresas y valores, una nueva oposición a la nación. Además de estos cristianos, existe en los paganos que atienden a los blancos, buscando alguna ventaja y tratando de obtener alguna ganancia de la situación política: de esta forma la unidad zulú en contra de los blancos se debilita. la gente tiende a no ver conflictos en sus catos, aunque sientes y sufren por ellos,  pero frecuentemente ellos, critican a otros zulú que profesan lealtad hacia los blancos, diciendo que están vendiendo su gente a los blancos.
Aunque todos los zulú tienden a unirse en contra de los europeos, las viejas lealtades de las tribus y sus oposiciones son todavía latentes creando frecuentemente conflictos. Las tribus a menudo son hostiles entre ellas, pero están otra vez respaldando al rey zulú. Él es reconocido legalmente únicamente como el líder de una tribu pequeña en el distrito Nongoma, y el gobierno reconoce su estatus superior y por medio de él le hablan y escuchan al pueblo el zulú. Él ha sido usado en varias ocasiones para apaciguar disputas en otras tribus y siempre se le da preferencia sobre los jefes. El regente actual es un nominado del gobierno para el Consejo Representativo de la Unión Nativa. El gobierno ahí reconoce la existencia continua de la nación zulú. La fuerza del nacionalismo zulú está creciendo después de un periodo de debilidad. El líder de la casa real es otra vez el rey (Inkosi); los otros jefes son abantwama (príncipes) o abanumzama (gente importante). Él ejerce influencia, además de lo que el gobierno le permite, en otras tribus de la tierra zulú y algunas en Transvaal lo reconocen como su rey, aunque muchos de ellos nunca fueron gobernados por los reyes y lucharon en varias guerras con los blancos en contra de ellos. El poder actual del rey se debe prácticamente al hecho que simboliza la gran tradición de los reyes zulú, lo que le da a los zulú su grandeza respecto de otros pueblos, tales como los swazi. Las lealtades, orgullo y antagonismos nacionales de los bantu todavía son muy fuertes a pesar del creciente sentimiento de unidad negra. El poder del rey es también una reacción en contra del dominio blanco, ya que los zulú sienten que tiene el oído del gobierno y de esta forma el poder para ayudarlos en sus dificultades, y además que tiene el valor y la fuerza para oponerse al gobierno. sin embargo, bajo el poder continúan dividiendo a los jefes, pero únicamente los jefes MndiaKazi y Qwabe tienen celos del rey, y aunque él no puede hacer que todas las tribus acepten su nominación par representar a los nativos de Natal en la Unión del Senado; pero todos los jefes encuentran que, como representantes del rey, su posición, ante el pueblo es más fuerte que como jefes independientes del gobierno. Como tales, su gente sospecha de ellos de tener miedo de criticar el gobierno. La lealtad dad al rey varia con las constantes consultas y reconocimientos cuando viaja. Todos los zulú se amontonan para verlo si pueden  y le ofrecen regalos.
Me es imposible, por falta de espacio, examinar la forma en que funciona el sistema político en la vida moderna social y económica de los zulú; o los efectos en las situaciones políticas de las divisiones de los grupos blancos en africanoparlantes, y otras divisiones dentro de estos mismos. Evidentemente, se debe mencionar que el grupo blanco hay valores contradictorios con respecto a los nativos; aunque muchos europeos son influidos por los dos tipos de valores, los misioneros, otros europeos, administradores, educadores y gente en posiciones similares expresan más activamente sus valores cristianos y liberales. Muchos de estos europeos están en términos muy amigables con los zulú. Ellos pelean por los intereses zulú y estos los reconocen hasta cierto punto, ya que todavía sospechan de ellos por que  todavía los ven como blancos.

VIII Conclusiones.
La organización política zulú ha sido alterada en dos ocasiones. Y en las dos ocasiones la gente se adapta rápidamente al dominio del nuevo gobernante y la nueva organización funcionó adecuadamente; pero la vieja organización, la cual retuvo su significado y valores, afectaba el funcionamiento de la nueva de la cual formaba parte. Mientras tanto, a pesar de los cambios traídos por la civilización tales como la autoridad y el sistema del regimiento bajo el mando del rey, y hoy en día los problemas laborales, los nuevos grupos sociales pequeños se han mantenido relativamente constantes.
La esencia de estos sistemas descritos es la oposición de otros grupos similares y la posibilidad de lealtades conflictivas del pueblos hacia sus diferentes autoridades. La nación era una organización estable, ya que esta oposición era principalmente entre las tribus que fueron  adheridas a los puestos y los regimientos del rey. La rotación de la riqueza del gobernante era necesaria para poder mantener una relación cercan con su pueblo. El conflicto de lealtades a los oficiales de diferente rango, que frecuentemente intrigaban uno en contra del otro, se ventilaba como un llamado de atención al desorden. Por lo tanto, a pesar de la aparente autocracia del rey y los jefes, el reinado del Estado residía en el pueblo. de cualquier modo, aunque un gobernante puede ser destronado, el sistema no es afectado. En la administración actual, las lealtades del pueblo y la competencia de los oficiales no estaban  frecuentemente en conflicto, ya que el mecanismo administrativo trabajaba a través de diferentes tipos de grupos: la oposición principal provenía entre los grupos similares, que cooperaban como parte de un grupo mayor.
En la actualidad es sintetizada con la cooperación de las actividades diarias; por la posición que un oficial blanco obtiene de la presiación del pueblo, de tal forma que puede defenderlos en contra del gobierno, esto es forma parte de los negros, en contra del grupo blanco: y por el intento de la gente de explotar las autoridades políticas opuestas para su propia ventaja. Además y grupos opuestos con ideales e intereses en conflicto, actúan para debilitar a cada grupo en su interior y para disminuir la oposición más fuerte. Los miembros de grupos negros desidentes, o los individuos que apoyan al gobierno de alguna manera, puede decirse que favorecen al magistrado contra del jefe. de esta forma los lazos sociales, económicos y otros entre los zulú y los europeos hacen que los zulú acepten cada vez más al gobierno blanco.
Dentro de la organización política existen oficiales negros y blancos que tienen posiciones completamente diferentes en la vida del pueblo y que las bases de su poder eran diferentes. estos oficiales representan valores que pueden ser contradictorios. por su lealtad en diferentes situaciones a los oficiales representantes de cada grupo de valores, se previene al pueblo de encarar un conflicto patente de estos valores. No obstante, aunque el poder material del jefe es insignificante, comparado con él del gobierno, la posición que ocupa es en gran medida sólo un centro de satisfacción sicológica y la dominación blanca es aceptada  por los zulú, en forma resignadamente hostil[22].




[1] La información que contiene este artículo fue recogida durante catorce meses de trabajo de campo en Zulúland (1936-38), financiado por el National Bureau of Education and Social research of the Union of South Africa (Carnegie Fund). Deseo agradecer al Bureau su beca. He utilizado muchos libros, informes y reportes acerca de Zulúland de los últimos 100 años. Para una bibliografía que cubre este material, y una relación acerca de la sociedad zulú, véase E. J. Kriege: Social Systems of the Zulú (Longman's, 1936).
[2] Traducción de Héctor Manuel Díaz Pineda & Leif Korsbaek.
[3] A. T. Bryant: Olden Times in Zulúland (Longman's, 1938); J. Y. Gibson: The Story of the Zulús (Longman's, 1911). La relación de la nación zulú en este artículo es reconstruida de historias, informes contemporáneos y mis entrevistas con ancianos.
[4] Un área de alrededor de 80,000 millas cuadradas que fue, según las estimaciones de Bryant, por unas 100,000 gentes. Yo pienso que la cifra es demasidado baja. Se puede mencionar que las tribus que huyeron de Shaka fundaron las naciones Matabele, Shangana y Nguni.
[5] Los hombres y las mujeres con el mismo nombre de clan no se podían casar entre ellos. Desde el momento que los clanes dejaron de ser unidades locales y políticas no se han formado nuevos clanes. En el pasado un jefe que quisiera casarse con una mujer de su clan separaría su linaje y establecería un clan separado. Inexitosamente intentó Dinuzulú crear un nuevo clan del linaje Mandlakazi al cual se afilió por matrimonio.
[6] La descripción zulú del clan es locativa: abakwazulú, las gentes del clan zulú, literalmente las gentes del lugar de los zulú, no genetivo abakazulú, los descendientes de los zulú.
[7] Todas las barracas militares eran comunidades reales. Eran construidas según el plan de una comunidad común, pero eran muy grandes, dando cabido a unos miles de hombres.
[8] La idea de un regimiento de edad fue desarrollada originalmente sobre la baee de los antiguos grupos de edad por uno de los jefes, Dingiswayo, que era el patrón de Shaka.
[9] Esta organización se puede comparar con la ausencia de organizaciones de tipo similar entre los tswana y los sotho y refleja tal véz la residencia dispersa de los zulú. En las grandes ciudades tswana fue fácil llamar a los hombres a la residencia del jefe. Pero parece que los jefes de tribus como los swazi y los thonga han mantenido cerca de sí solamente uno o dos regimientos: la concentración de todo el ejército zul alrededor del rey es un caso único en el África del Sur.
[10] Shaka procuraba que todo el comercio con los europeos pasara por sus manos; postrriormente sólo a las gentes importantes se les permitía comprar ciertas mercancías a los comerciantes extarnjeros.
[11] Una estimación de la población: Alrededor de 1870 la nación probablemente tenía una población de entre un cuarto de millón y medio millón; las tribus varían entre unos pocos cientos y varios miles. Los últimos regimientos tenían casi 8,000 hombres.
[12] Eso es como lo describen los zulú; en efecto , han sido motivados por intereses u otros motivos, pero sus acciones sondescritas en términos de valores tribales o nacionales.
[13] Hoy la situación es diferente. Los hombres ricos pueden construir casas europeas y comprar automóviles, ropa, arados, etc.
[14] Un cierto jefe de los zulú hoy tiene un notable control sobre su pueblo: de su posesión total de 54,000 cabezas de ganado, 16,000 cabezas están prestadas a sus súbditos.
[15] Mis observaciones de la política zulú moderna se han hecho especialmente en los distritos de Nongoma, Mhlabatini, y Hlabisa y, en grado menor, en Ngotshe, Vryheid, Ingwavuma y Ubombo. Ciertas observaciones se han hecho también en las ciudades, en viajes en los distritos más hacia el sur y en reuniones de jefes y Zulú con Mshiyeni, el regente de la casa real de los zulú.
[16] Me falta espacio para discutir la manera en la cual el Government Rule ha sido aceptado; sin embargo, he intentado presentarlo de manera implícita en mi descripción del sistema de hoy.
[17] Véase I. Schapera (ed.): Western Civilization and the Natives of South Africa (Routledge, London, 1934).
[18] Para cifras censales y mapas, véase N. J. van Warmelo: A Preliminary Survey of the Bantu Tribes of South Africa (Union Government Printer, Pretoria, 1935). Los distritos magisteriales abarcan alrededor de 30,000 gentes; las tribus varían desde las decenas hasta unos pocos miles de tributarios.
[19] Estas obligaciones son definidas en el Natal Code of Native Law Proclamation No. 168/1932. Véase W. Stafford: Native Law as Practices in Swaziland (Witwatersrand university Press, Johannesburg, 1935).
[20] Me falta espacio para discutir las relaciones de las varios departamentos gubernamentale o el papel de los misioneros, y la reacción de los zulú al cambio, de los cuales muchos no se han hecho deliberadamente.
[21] Véase D. D. T. Jabavu acerca de Bantu Grievances in Western Civilization and the Natives of South Africa, op. cit. Estas quejas son vistas desde el punto de vista de un nativo educado.
[22] Desde que este ensayo fuera escrito ha sido publicado el libro de la Doctora Hilda Kuper An African Aristocracy: Rank among the Swazi (1947). El libro de la Doctora Kuper proporciona importante material comparativo para entender las instituciones políticas de los bantú hablantes del nguni.

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